Este proyecto fotográfico incluye 33 imágenes de cinco mujeres que en los últimos meses han permanecido en gestación, a la espera de su hijo o hija, algunos de los cuales han nacido ya.
Cada imagen muestra el proceso que le corresponde vivir, durante 9 meses, a cualquier mujer embarazada. Pone en evidencia la reconfiguración mental que atraviesa la gestante a partir de una confirmación: ¡Estoy embarazada! Un momento decisivo, sea que opte por seguir este proceso "cuesta arriba", o sea que por razones de diferente índole decida abandonar su gestación, atentando contra la vida autónoma que lleva en el vientre.
Si decide seguir el embarazo verá que el camino no es calvario: está lleno de vicisitudes ¡sí!, pero también de alegrías sin nombre: como descubrir en una ecografía a un pequeño, que sin nacer, muestra ya rasgos parecidos a los de sus progenitores; sentir dentro los latidos de un corazón que no es el propio y que late "a ochenta" con todas las ganas de vivir; reconocer que puede haber un amor que sobrepasa el conocerse cara a cara, que le lleva a la madre (y también al "padre embarazado", en la mayoría de los casos) a querer darlo todo... todo, por aquella criaturita que ha venido a transformar su mundo; y ante nada, enorgullecerse del don de la procreación que nos hace cocreadores con Dios de la vida humana.
En espera... identifica a las mujeres ecuatorianas, a aquellas que luchan por superarse; que sienten, que se enamoran, que cuidan de su salud, hasta llevarse a sí mismas al hospital, por dar seguridad al pequeño ser que desde hace meses es su huésped de honor.
Sí, durante este proceso, su vientre es el punto central de su existencia, donde se evidencia el milagro de la vida y la grandeza absoluta de la mujer.
Documentación y proyecto realizado en Guayaquil - Ecuador, 2011
Cada imagen muestra el proceso que le corresponde vivir, durante 9 meses, a cualquier mujer embarazada. Pone en evidencia la reconfiguración mental que atraviesa la gestante a partir de una confirmación: ¡Estoy embarazada! Un momento decisivo, sea que opte por seguir este proceso "cuesta arriba", o sea que por razones de diferente índole decida abandonar su gestación, atentando contra la vida autónoma que lleva en el vientre.
Si decide seguir el embarazo verá que el camino no es calvario: está lleno de vicisitudes ¡sí!, pero también de alegrías sin nombre: como descubrir en una ecografía a un pequeño, que sin nacer, muestra ya rasgos parecidos a los de sus progenitores; sentir dentro los latidos de un corazón que no es el propio y que late "a ochenta" con todas las ganas de vivir; reconocer que puede haber un amor que sobrepasa el conocerse cara a cara, que le lleva a la madre (y también al "padre embarazado", en la mayoría de los casos) a querer darlo todo... todo, por aquella criaturita que ha venido a transformar su mundo; y ante nada, enorgullecerse del don de la procreación que nos hace cocreadores con Dios de la vida humana.
En espera... identifica a las mujeres ecuatorianas, a aquellas que luchan por superarse; que sienten, que se enamoran, que cuidan de su salud, hasta llevarse a sí mismas al hospital, por dar seguridad al pequeño ser que desde hace meses es su huésped de honor.
Sí, durante este proceso, su vientre es el punto central de su existencia, donde se evidencia el milagro de la vida y la grandeza absoluta de la mujer.
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